Poema a mi padre
Recién hoy
después de casi un año
supe que moriste con los ojos abiertos.
Eso dicen que significa
enfrentar al mundo y a la muerte con valentía.
La misma que tuviste para vivir.
La misma con la que saliste adelante solo,
al principio y con familia después.
Esos ojos grandes
con los que todo observabas
y yo heredé
junto con tu fuerza
para seguir siempre
a pesar de todo y de todos.
La misma fuerza que tenían tus brazos
para decirme que me querías.
Los ojos abiertos, expectantes
hasta el último suspiro.
Seguramente aunque no lo sepa,
recorriste con esa última mirada
nuestros rostros sabiendo que no volverías a verlos.
Tus ojos, papá, los míos, los nuestros,
seguirán observando, seguirán atentos
a todo lo que nos haga bien.
©Silvia Vázquez
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