SEGUIMOS PUBLICANDO LOS TRABAJOS DE LA ANTOLOGIA «FABULOSAS» POR LA CONVOCATORIA DEL DIA DE LA MUJER (SEGUNDA PARTE)
Mujer, misterio
Sublime es tu pecho cuando en él, recibes un rostro lleno de lágrimas.
Sabes complacerlo, entiendes el porqué de la tristeza humana.
Suaves son tus manos cuando acaricias, cuando las brindas sea cual fuera el motivo.
Fuerte es tu abrazo cuando alguien necesita recibirlo.
Fuerte pero dulce, como las palabras que salen de tus labios para calmar un dolor.
Puedes estar en varios lugares al mismo tiempo, hacer varias cosas a la vez, llorar y reír, amar y sentir.
Puedes correr y detenerte si te necesitan. Tienes el don de entender miradas, gestos, emociones.
Además de todo eso, puedes ser madre y en ese sublime momento sentirte la dueña del
mundo. O no parir, sentir lo mismo abrazando a ese hijo de tu corazón.
Puedes tantas cosas, que nadie termina de comprenderte. Tienes encerrado en el alma el
misterio de ser mujer. Es inmenso tu amor, y de ese amor, surgen las más grandes emociones.
Eres mujer. Solo eso basta para sentirte viva.
Camina por la vida Con una sonrisa en tus labios. Tus pasos llevarán tu perfume donde quiera
que pises.
Eres mujer, bella creación de DIOS
Silvia M. Vázquez- San Martín-Buenos Aires
Mujer
Mujer, frágil porcelana,
tan dulce,
tendida soñando entre mariposas abrazada.
El cándido sol refleja el sabor de tu sonrisa,
apegándose al rostro
envuelto con tus cabellos en hebras.
Mujer, femineidad armoniosa,
de besos calmos,
de las almas la más enamorada.
Sergio García- Gral. San Martín-Buenos Aires
Mujer bonita…
Montañas de versos envuelven mis dulces palabras,
tapizando mis cielos azules de cálidos veranos,
golondrinas románticas vuelan desde adentro de mi alma,
surcando esos cielos tan nuestros y enamorados…
Lunas escondidas en noches de estrellas y nubes,
con luces y sombras dibujadas en el yermo suelo,
luceros brillantes con soles y bellas madrugadas,
con crepúsculos suaves de días que recién comienzan…
Jardines eternos de flores blancas y dulces silencios,
con aromas de rosas cultivadas en antiguos sueños,
corazones ardientes de amores nuevos y mañanas diferentes,
sensaciones plenas de bellas primaveras llenas de tibieza…
Noches turbulentas de agitadas horas de urgencias contenidas,
enarbolando las banderas del amor guerrero que todo lo conquista,
entregándome y claudicando en las puertas de tu paraíso,
ante tus encantos irresistibles de mujer bonita…
Eduardo Garrido-Gral San Martín- Buenos Aires
Mujer mojada
La lluvia y su hermosura
viste tu caminar a cada paso
y muestra tu figura
desnuda –por si acaso-
la acaricia la brisa del ocaso
Pero hay unos colores
del arco; que la luz del sol regala,
que muestran tus valores;
-tu alma- mujer mojada,
que guardare por siempre en mi mirada.
Antonio Daniel Farina- Azul- Buenos Aires
Naturaleza
Antes de tí, el viento se volcaba contra el mar
y la raíz de mi amor era la tierra,
las cordilleras y las aves emprendiendo el vuelo.
las aguas tibias, y el hábitat entre los corales.
Éramos un solo binomio.
Pero llegaste y me prometiste el paraíso.
la selva, la hoja de vainilla
y fuimos dos tigres al acecho.
Oasis eran tus palabras al darme cuenta
que todo aquello se fue volviendo la aridez,
nacieron los cardos y las espinas hirieron mis pasos.
El sudor de mi frente desvía las imágenes fecundas
de esa tierra de aguas reverdecidas.
Quise huir de aquel paraje para no oír graznar a los cuervos
creí ver la ferocidad de las águilas desgarrando mi garganta.
Mi vista se incrustó entre los riscos y fueron mi última morada.
Ahí quedó mi cuerpo.
Y el sol, furtivo amante, devoró mi carne.
Antes de ti yo era mar,
bosque
y felicidad.
Rocío Prieto Valdivia. Estado de baja California México. Municipio de Ensenada.
Pliegues
Llanto al nacer..
Porqué lloramos al nacer?
Será presagio ?
Será el primer signo de protección?
En nuestro camino ,vamos creando nuestra envoltura.
Una cáscara ,pliegues, capas que nos envuelven .
Nos protejemos ,si….
Vana teoría !!!
Estamos expuestos ,siempre.
De nada sirve tanto empeño en esconder debilidades .
Plegamos ,
que no se note aquella falta,
Tal vez ,apretando un poco más
no salte desprejuiciada nuestra
vanidad ,nuestro egoísmo ,
celos ,odios.
Pasan los años , invisible esa cáscara,esos plieges se acumulas a nuestros pies.
Casi sin darnos cuenta ,
estamos como al nacer ,
vulnerables , trémulos ,temblando.
Así, sobre nuestra piel hoy
descubierta .
Cinselada con maestría ,
solo que está vez sin llanto
solo con una sonrisa
Stella Maris Velasco- Villa Ballester-Buenos Aires
Si fuese poeta
Si fuese poeta,
algo de gracia tendría para mí
la noche de la vida.
Si lo fuese,
no me sería negado el verbo,
cual hombre y sus palabras
empujando sus límites.
Si fuese poeta,
trocaría la tristeza
que todo lo mancilla,
el azul de mis días
en horas vivibles,
la poesía entonces podría abolir
mi distancia con las cosas.
Seré, entonces,
conato gris de poeta,
trunco de palabras,
débil de corazón,
río turbio discurre por mis pies,
solo alcanzo a leer el vacío.
Si yo fuese poeta,
bastaría el clonazepam,
intuiría la vida llena
de música de flores.
No sería esta sorda que soy
perpleja paloma.
Marita Palomino – Perú
Sigue adelante
Aunque duela el silencio
Y las lágrimas te pesen
¡Sigue adelante siempre!
No detengas tu camino
Busca tu nueva estrella
Tu lucero encendido
Y zarpa por nuevos mares
En una barca de plata
Con velas de miel y nácar
Navega entre silencios
Por verdes olas soñadas
Azules como el ancho mar
Blancas como las estrellas…
Viaja con el viento fresco
Y con la estrella polar
¡Lleva una rosa blanca!
Para iluminar tu senda
O para esquivar tormentas
Cuando la noche se acerque
Sin la rosa de los vientos
Y el mar se haga más fuerte…
No detengas tu camino
Ni devuelvas la mirada
Que lo que dejes atrás
Mañana ya no estará
¡Se habrá llevado el viento!
…Sigue adelante siempre!
¡Que yo secaré tus lágrimas
Mañana cuando aparezcan!
Jair Hernández Quintero, Colombia
Simplemente mujer
Mujer alas,
sueñas con conocer
los anillos de Saturno.
Mujer luz,
alumbras el universo
en tu viaje imaginario.
Mujer sirena,
navegas entre los peces
en el fondo del mar.
Mujer etérea.
Flotar, volar,
descender, ascender.
Mujer real
con los pies sobre la tierra.
Con los sueños intactos.
Con la sensibilidad de un poeta.
Liliana Spaltro- San Andrés-Buenos Aires
Sos defectuosa
De todos modos no te preocupes
Porque eso te hace real y legítima
A mi me atrajeron tus deficiencias
Porque en la vida todo tiene fallas
Algunas se notan a simple vista
Otras están ocultas o silenciadas
Y en el momento menos indicado
Aparecen para ponernos a prueba
Por esa razón no sufras más mujer
Lastimada como estás te admiro
Porque tu amor propio da la cara
Y das sobradas muestras de valor
Tu coraje te hace superpoderosa
Luciano Diego Zavala- Caseros- Buenos Aires
Varenikes Amargos
Los vecinos le comunicaron a Carmen que debía empacar las cosas de Irina, la mujer que había vivido toda la vida en la casa lindante con la suya. Y no solo eso, ninguno de ellos estaba autorizado a ayudarla.
─Dejá las cajas en la puerta, nomás. Ya arreglamos con el Ejército de Salvación.
─¿Con quién?
─No importa. La Rusa dejó todo por escrito
La vida de ambas había estado ligada por una especie de antipatía sin razón. Ni siquiera estaban separadas por alguna oscura rivalidad ancestral. Irina ─que era capaz de escupir a quien la confundiera con una rusa─, odiaba a Stalin porque había hambreado a los campesinos ucranianos varias generaciones atrás. Carmen era capaz de irse a las manos si alguien hablaba mal de Franco, el Generalísimo, y todo porque los Republicanos habían desparramado los huesos de una tía suya que había sido monja. Y porque se habían dejado fotografiar, sonrientes, al lado de sus despojos sobre las escalinatas de un convento en Toledo. Las dos mujeres, sin embargo, habían nacido en el Conurbano, en casas con terrenos largos, donde brotaban zapallos entre los yuyos. Las dos se habían quedado solas. Sobre todo después de la muerte de Manuel, el marido de Carmen. Sabían, de una manera difusa, que se tenían la una a la otra.
─Lo que pasa es que la Rusa me tuvo envidia toda la vida.
Carmen se levantó temprano. Tomó unos mates en el fondo, mientras hacía que buscaba hormigas. No iba a ser un día como cualquier otro. Tenía las llaves del cielo en el bolsillo del delantal. Iba a entrar al santuario de la muerta, el lugar que le fue siempre negado. ¡Qué placentero resultaba descubrir sus secretos!
La cuadra estaba desierta. Ella tuvo la sensación de estar cometiendo un delito. La llave entró sin problemas en la cerradura bien aceitada. El olor a encierro le provocó rechazo.
─Y claro, toda la vida con las ventanas cerradas, a oscuras, como gata mala.
Levantó las persianas. Unos tubitos de luz atravesaron el aire lleno de pelusas. Sobre el sillón ajado resplandecían unos almohadones con fundas de algodón blanco, primorosamente bordadas con guardas rojas y verdes. En las paredes, fotos de Irina niña, con una corona de flores en la cabeza y cintas de seda cayendo sobre el pelo rubio. La mujer amontonó en una caja la vajilla escasa y las ollas. Recordó la única ocasión en que Irina había sido amable y la había pasado un plato de varenikes de papa por encima del alambrado. Había sido el primer domingo después del infarto mortal de su marido.
Carmen siguió con el dormitorio. Pilas y pilas de manteles y carpetitas repetían los diseños coloridos del comedor. Guardó todo en bolsas. Después recorrió los muebles con la vista por si se olvidaba algo y lo vio. Sobre la mesita de luz, el portarretrato enmarcaba la foto de Manuel tumbado sobre los almohadones del viejo sillón, radiante, con una expresión que ella no le conocía. Feliz.
Graciela De Mary- San Martín-Buenos Aires
¡Voz de mujer!
Sobre la arena costera un cuerpo de mujer imprime sus huellas. Pretendiendo
acabar con su afligida vida, avanza. Añora hundirse en la profundidad marina y atrapar la libertad. ─ ¡Muéstrenme la dirección caracolas, pulpos, criaturas del mar! ─implora─. El
viento se agita, atrayendo un oleaje traslúcido. Una sutil lluvia emite sílabas de amor.
Relámpagos maravillosos desde el cielo mecen su cuerpo en sutil abrazo. De pronto
descubre que puede volar como las gaviotas, y desplegando el vuelo llega hasta una extraña
embarcación. Al estar ahí, una voz misteriosa le dice: ─ ¡Has llegado muchacha! Ella le
responde: ─ ¿Cómo me llamaste?, ¿Muchacha? ¡Si tengo 50 años de edad! Al mirar de
pronto a muchas gentes de todas las naciones a bordo, se da cuenta que ha llegado a donde
siempre quiso. El ser invisible ahora le dice: ─ ¡Has conseguido al fin tu morada! A partir
de hoy tomarás las riendas de tu vida dejando atrás las piedras punzantes que lastimándote
día a día impidieron tu progreso. ¡Te elevaras hacia el sol fulgurante disfrutando victorias!
¡Tus pensamientos serán escuchados con entusiasmo en la inmensidad!
¡Habla mujer, y sé oída!
Mirza Camacaro-Caracas, República Bolivariana de Venezuela
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